Tomo el tiempo de escribir esta nota por si alguna madre preocupada por
el tema de la vacunación de niños, hace una búsqueda por la red y encuentra
esta nota.
¿Qué me mueve, a mí que no tengo hijos, a escribir sobre el tema de la
vacunación? Mi esposo estudia medicina y durante este año dedicaron un tiempo
al desarrollo de este tema. Habiendo aprendido sobre el mismo, me siento
preocupada al ver los constantes cambios de status en las redes sociales que
juzgan a una madre de buena o mala por una de dos: poner o no poner las
vacunas, la lactancia. En este caso, hablaré únicamente sobre el tema de la
vacunación, pues de éste es que tuve la oportunidad de adquirir un “somero”
conocimiento médico.
Nada en contra de las madres que deciden no
vacunar a sus niños, es una decisión muy personal, que concierne solo a sus
padres e hijos y de los cuales entiendo el por qué.
Dicho esto, me gustaría que observaran esta desagradable fotografía. Estas enfermedades, son algunos de los múltiples
padecimientos de terribles síntomas, que pudieron ser erradicadas gracias al uso de
vacunas.
Hoy, por la modalidad de no inyectar las
vacunas a sus hijos, en un intento por evitar el autismo (cosa que es una
hipótesis, NO EXISTE PRUEBA REAL que determine que es cierto), los porcentajes
de niños con estos padecimientos, en los Estados Unidos, se han disparado.
No tengo hijos, pero escribo esta nota porque me preocupa ver la discusión entre madres que si creen en las vacunas y las que no. Dudo muchísimo que una madre desee lo peor para sus hijos. Cada madre hace su mejor intento de ofrecer una vida saludable a su prole. Así que las invito a que busquen información, en revistas médicas, acerca de las vacunas.
Hay múltiples opciones de cómo administrar las
vacunas a sus niños. Se puede gestionar una a una (la opción por la que al momento personalmente
me decanto) si un padre o madre desea que el impacto bacteriológico sea menor y
gradual.
Es legítima la decisión presidir de la vacunación, pero entonces debe tomarse el
tiempo de estudiar cuáles son esas enfermedades y sus características, estudiar
información sobre las vacunas y los efectos secundarios de las mismas CON
DETENIMIENTO y de FUENTES FIDEDIGNAS (en los medios existe mucha información que
descarrila cualquier entendimiento) y cuáles de esas enfermedades es más
propensa a desarrollarse según donde se vive. Es una tarea ardua, pero si se va
a prescindir de las vacunas, es INMINENTE realizar esta gestión para luego no
lamentarse, pues muchas de estas enfermedades pueden ser letales o causar deformación
permanente.
Cada
familia tiene que considerar las variables, y en su análisis decidir DE MANERA INTELIGENTE E INFORMADA, para que luego no
haya razones para lamentarse.
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