La reciente misión espacial
PhoneSat de la NASA, sirvió para comprobar que los teléfonos celulares, más específicamente
los smarthphones, sirven como una especie de minisatélites. Este descubrimiento
es valioso, porque hace patente hasta qué punto se puede abaratar la
investigación espacial.
El día 21 de abril, la NASA lanzó
tres de estos nanosatélites, como parte de la misión PhoneSat, los cuales en
realidad no eran más que tres smartphones HTC Nexus One.
Bautizados como Alexander, Graham y
Bell y a bordo de la nave espacial
Antares, estos teléfonos han cumplido su cometido, coadyuvando a la elaboración
de una imagen de alta resolución de la Tierra.
El proyecto de los smarthphones
utilizados como satélites apareció en el 2009, a impulsos del Centro de Investigación Ames de la NASA y la Universidad Internacional
del Espacio en Estrasburgo, en Francia. Pero también se ha contado con la
colaboración de innumerables radioaficionados de muchas partes del orbe.
Uno de los
propósitos de la misión PhoneSat de la NASA, era comprobar se era
plausible usar dispositivos inteligentes, de los utilizados en la vida
cotidiana, de manera similar a cómo se usan los instrumentos de fotografía que
se instalan de manera habitual en los satélites espaciales. Los smarthphones Alexander, Graham y Bell se valieron
de sus cámaras para captar imágenes parciales de nuestro planeta a cientos de
kilómetros en órbita.
La misión PhoneSat
concluyó el 27 de abril e hizo patente que la exploración del espacio puede ser
más barata de lo que actualmente resulta, puesto que la construcción de estos
nanosatélites no superó los 10 mil dólares. Sin embargo, los smarthphones
utilizados no volvieron a la Tierra, puesto que se desintegraron al contactar
con la atmósfera en su descenso.
Curiosa combinación de circunstancias... esos smartphones de haber regresado ilesos a tierra ahora serían mas valiosos para un coleccionista que lo que costó enviarlos al espacio, y el ahorro en publicidad para la marca.
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